Muchas personas se han enfrentado al desafío de conciliar estudios y trabajo. A primera vista, puede parecer una hazaña irrealizable por la falta de tiempo a lo largo del día. Sin embargo, hay historias de vida que muestran que, con compromiso y perseverancia, es posible lograr la tarea de estudiar y trabajar a la vez. 

“El compatibilizar los horarios de clases con el trabajo era muy agotador y la alta exigencia de los profesores era un reto, por lo menos para mí”, son las palabras de Oscar Bartheld Sandoval, egresado como Técnico en Computación e Informática en el Instituto Profesional Virginio Gómez Sede Los Ángeles.

“Elegí el Instituto porque es de la Universidad de Concepción, tenía un gran prestigio a nivel comunal y era la mejor opción para compatibilizar trabajo y estudio”, manifestó.

Desde un principio, Oscar se sintió motivado a entrar a estudiar por el nuevo reto que significaba el uso de computadores durante la década de los 90. “Era una carrera nueva en esos años, el uso de los computadores era un desafío y se hablaba de que quien no supiera manejar un computador sería un analfabeto”, comentó.

Asimismo, Oscar Bartheld aún conserva recuerdos de su paso en el IPVG y atesora en su memoria a personas que marcaron su etapa como estudiante. “Recuerdo con mucho afecto al profesor Torres, era muy exigente, pero era un docente  de vocación y que aprendí a admirar mucho. Siempre nos daba palabras de apoyo. También me acuerdo de la señora Eliana, Ingeniera Informática, ella nos ayudaba mucho y nos apoyaba a no darnos por vencidos”, manifestó. 

“Algo divertido era cuando salíamos de los certámenes con mis compañeros y nos preguntábamos ¿cómo te fue? y yo les comentaba que más o menos y me decían que siempre salía con altas calificaciones. También, recuerdo con afecto al profesor Donoso que nos estrujó en informática”, añadió.

No obstante, su desarrollo como estudiante no estuvo exento de complicaciones producto a que constantemente debió buscar el equilibrio entre el estudio y el trabajo. “El compatibilizar los horarios de clases con el trabajo era muy agotador y la alta exigencia de los profesores era todo un reto. Yo estudiaba en jornada vespertina y trabajaba en Angol, por lo que se hacía bastante difícil compatibilizar los viajes y el horario de clases. La carrera requería mucho, por lo cual teníamos que esforzarnos más todavía para obtener buenas calificaciones”, detalló.

Su primera experiencia laboral relacionada con su carrera fue en Angol. Realizó la práctica en un laboratorio de exámenes, donde tuvo que hacer un sistema computacional para optimizar el manejo de datos y pagos por Fonasa o en forma particular. 

Actualmente, a sus 53 años, Oscar Bartheld se desempeña como docente del Liceo Técnico Profesional Crisol de la comuna de Mulchén donde entrega apoyo a los alumnos de 3° y 4° medio. Su función es la vinculación con el medio de los estudiantes junto a su orientación. Además, es el encargado del establecimiento educacional de las actividades del programa PACE de la Universidad de Concepción.