Desde temprana edad, Carlos Jara Torres mostró un gran interés por el área eléctrica. En 2007, decidió seguir su pasión y se embarcó en una carrera en el Instituto Profesional Virginio Gómez en su sede Los Ángeles, donde estudió Técnico en Instrumentación y Control ya que, durante esos años, esa área comenzaba a tomar fuerza en las plantas industriales y vio una oportunidad prometedora en este campo en crecimiento. Luego continuó con el Plan Especial de Ingeniería en Electricidad. 

“Fue un plus cuando vi que el Instituto era de la Universidad de Concepción y me incliné por eso. Uno cuando termina la carrera sale con toda la teoría y cuando llegas al terreno o al proceso mismo, lo real, no te cuadra mucho con lo que ves en la pizarra, lo bueno del Instituto es que conjuga bastante bien el tema práctico con el trabajo real de la industria”, comentó el Ingeniero.

La experiencia del titulado en la casa de estudios fue enriquecedora gracias a la guía y conocimiento de sus docentes. “Tuve la fortuna de tener un profesor guía, Paolo Castillo, que conocía bastante lo que era la industria y también la teoría, entonces a través de aquellos docentes pude ver bastante bien lo que era la realidad, lo que jugaba a favor para que uno se fuera moldeado profesionalmente”, enfatizó.

Tras salir de la institución, Carlos se unió a la planta de CMPC, donde trabajó durante 11 años. Comenzó como eléctrico de turno y, a medida que continuaba estudiando, se le presentaron más oportunidades dentro de la misma empresa. Ocupó diversos cargos, como jefe de operación e ingeniero de procesos, y se especializó en mejora continua. 

Sin embargo, hace aproximadamente dos años, comenzó a dedicarse por completo a su propia empresa de Servicios Eléctricos y Constructora. “Desde que me dediqué al 100% a la empresa, hemos tenido un crecimiento exponencial y hoy estamos triplicando las ventas desde que comenzamos. Nos ha ido bastante bien y hemos postulado a varios proyectos públicos”.

Desde su elección de carrera en la casa de estudios hasta su actual posición como dueño de una empresa, ha demostrado que no hay límites cuando se tiene claridad en los sueños y se trabaja arduamente para alcanzarlos. Su mensaje final a los estudiantes y futuros profesionales es claro: nunca rendirse, buscar a las personas adecuadas en el camino y confiar en que, con constancia, los resultados llegarán.